jueves, 19 de julio de 2007

DE LA ENUNCIACIÓN

QUE UN BESO APARQUE EN TU BOCA
Y ENLOQUEZCAN LOS PARQUÍMETROS

EN SU INTENTO VANO
DE MEDIR UN BESO
CUANDO LA TARDE SE APEA
A ORILLAS DE LAS HORAS
EL VAPOR DE LOS LABIOS
CUAJA EN UNA LUNA SERENA
CUYO RUBOR TIÑE DE GRANA TU NOMBRE.

martes, 3 de julio de 2007

FIAT

Dios te salve de mí

que soy el diablo hecho carne

que habita entre nosotros.

Llena eres de mis ansias

que son las tuyas también

ahora y en la hora

cero de tu piel vencida.

Dichosa tú que has creído:

porque tuyo es el reino

de mi cuerpo.

lunes, 2 de julio de 2007

FUGA EN GRANA

Mi silencio es voluntario. Callo porque el movimiento ondulatorio de mis labios es un temblor que rasga mi columna vertebral. Mi palabra siempre ha sido afónica. Habito en un sueño permanente porque en él no existe el dolor. ¿Existe el dolor? A veces pienso que me invento este pulso escalonado de sensaciones lastimosas, que sufro porque quiero y que no sé regresar a un punto de partida más favorable. Sueño desde estos ojos convertidos en soles que no oscurecen nunca, ojos desprovistos de sus párpados por las que les entra toda la luz de tu abandono. Una no puede morir si respira aire por todas partes.

Su estado es estable, los oigo decir y me tranquilizo: aún viva sin conservadores artificiales. Fresca. Un cadáver atractivo. La belleza ahuyenta a los buitres y me deja sola llena de recuerdos: tengo en mi dedo todo el temblor de tu piel, te tengo en mis manos, mi cuello en tus manazas, mi cuerpo bajo tus pies. Tuya. Corazón.

Anochece en mis labios. El dolor es una oruga reptando cuerpo abajo en busca de un lugar para hacer su nido. Una aguja. Un temblor. Un último suspiro para nacer en otro mundo. Libre de ti; toda mía.