domingo, 15 de junio de 2008

ÍTACA MORA

Guindé en un tinglado

la prisa de las horas

y el negro-rojo de los días.

Para no desesperar

anulé el tiempo y sus registros.

Me dediqué a aguardarte

como quien tiene por oficio

envolver relojes

cancelar lunas

adormecer las horas

jugar a El Principito.

Tu Ítaca mora no espera:

existe puntual

infinita

extática.



sábado 14 de junio de 2008.

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