Las distancias las borra
el nombre.
Tú perdido en mí
enarbolando el pendón
del Nosotros,
soledad peninsular
que aviva la teoría del Yo.
Punto, átomo, núcleo
convergencia inexistente
y siempre junta.
Yo te mando
(que es otra manera de implorar):
Quédate aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario