¿Debo morir a los 33? (Como Jesucristo). No. Como Alejandro de Macedonia (Robin Lane Fox). Tal vez. (A man decides after seventy years that what he goes there for). Morir como un loco (While those around him criticize and sleep), desnudo (and through a fractal on that breaking wall), abandonado (I see you my friend and touch your face again), en el olvido (Miracles will happen as we trip). Reducido a un número. (No we're never gonna survive unless We are a little crazy). La estadística oficial (Crazy. Seal dice). Existir muerto. Ausente.
Garabateó unas cuantas cifras (frases, quizá) y se levantó. El mundo está lleno de promesas (que navegan entre el excedente de CO2) ancladas en los pulmones semivacíos (o semicopados) de humo de los cigarrillos –sin filtro-. Ingresa en una café. Prohibido fumar. Respira con alivio. Aún existen guetos (¡qué se le hace!) ne-ce-sa-rios (discriminación ¿positiva?), reservas para la diversidad (que se obliga ser minoría para ser). Existir como un punto tiene su recompensa. Ordena un café y aspira el olor. El calor y el aroma le hacen cerrar los ojos (sus párpados caen como cortinas metálicas a las que se les echa –de golpe- el cerrojo). Piensa. Cree. Sueña. A media tarde, cuando el estrés remite a puntos mínimos (menos es imposible) se está más dispuesto a dejarse embaucar por la esperanza. Ilusotopía: Han dicho otros. (No, no we'll never survive unless we get a little bit crazy)
Bebe el café (el estómago cruje) y extravía su mente en el laberinto líquido que el calor le provoca. Vuelve el sobresalto. (¿We are a little crazy?). No quiere morir. (¿Mienten los que afirman que anhelan la muerte?) (¿Saben lo que quieren?) (¿Desear la muerte significa, en realidad, rechazarla?). Recuerda unos versos. De un Ángel (González; poeta): “Para que mi ser pese sobre el suelo/ fue necesario un ancho espacio/ y un largo tiempo…”. Para que esté aquí. Yo. (La cuenta). Pagado.(Que le vaya bien). Adiós.
Partir. (¿A dónde?) (¿De dónde?). La línea (recta o curva) es una sucesión de puntos (finitos o infinitos). Avanza entre la multitud. (Crazy are the people walking through my head). Respira el aire reciclado (conta-minado) de los otros. (Miracles will happen as we speak). Muere en cada exhalación (disimula, no sea que lo descubran y le impidan morir) y en el contrapunto del proceso respiratorio vive (carpe diem). Habría que defender (más) el derecho a la muerte (vuélvete a las catacumbas Wojtila), a decidir el día y el sitio (me asquea tu martiriomanía), también el cómo (no se aceptan sugerencias) y guardarse –si se quiere- las razones (tu dios no existe) para mí.
Abre la puerta de su casa, que a esta hora es un bálsamo de silencio, que relaja, que cura, que re-vive. Se tumba en el sofá (igual que el volumen del polvo). El tiempo avanza pese a la noción de que se cristaliza detrás de la carátula redonda. Ella no llega (¿y si no llega?). Él desespera (aguanta, por favor). Las horas avanzan (la paciencia se agota). El silencio se atomiza en los gritos de la tarde (o de la noche o de la madrugada; del día). El cuerpo rueda. El golpe interrumpe el ritmo habitual de las cosas (quietas y en movimiento)
Abre los ojos (desconcertado). Suyos. (Nuevamente). Recuperados. (De súbito). Se levanta (“para que mi ser pese sobre el suelo”). Le duele el cuerpo. (La presión; esa fuerza ejercida sobre un área mínima). Dolorido. (Se arrastra). Intenta levantarse. (EL desconcireto). Se frota las manos contra el cuerpo. Recuperado. (“Para que mi ser pese sobre el suelo/ fue necesario…”) ¡Caerse de la cama! (O de la nube) (¿De la nada?). ¡Qué pendejada! (¿No?)
Garabateó unas cuantas cifras (frases, quizá) y se levantó. El mundo está lleno de promesas (que navegan entre el excedente de CO2) ancladas en los pulmones semivacíos (o semicopados) de humo de los cigarrillos –sin filtro-. Ingresa en una café. Prohibido fumar. Respira con alivio. Aún existen guetos (¡qué se le hace!) ne-ce-sa-rios (discriminación ¿positiva?), reservas para la diversidad (que se obliga ser minoría para ser). Existir como un punto tiene su recompensa. Ordena un café y aspira el olor. El calor y el aroma le hacen cerrar los ojos (sus párpados caen como cortinas metálicas a las que se les echa –de golpe- el cerrojo). Piensa. Cree. Sueña. A media tarde, cuando el estrés remite a puntos mínimos (menos es imposible) se está más dispuesto a dejarse embaucar por la esperanza. Ilusotopía: Han dicho otros. (No, no we'll never survive unless we get a little bit crazy)
Bebe el café (el estómago cruje) y extravía su mente en el laberinto líquido que el calor le provoca. Vuelve el sobresalto. (¿We are a little crazy?). No quiere morir. (¿Mienten los que afirman que anhelan la muerte?) (¿Saben lo que quieren?) (¿Desear la muerte significa, en realidad, rechazarla?). Recuerda unos versos. De un Ángel (González; poeta): “Para que mi ser pese sobre el suelo/ fue necesario un ancho espacio/ y un largo tiempo…”. Para que esté aquí. Yo. (La cuenta). Pagado.(Que le vaya bien). Adiós.
Partir. (¿A dónde?) (¿De dónde?). La línea (recta o curva) es una sucesión de puntos (finitos o infinitos). Avanza entre la multitud. (Crazy are the people walking through my head). Respira el aire reciclado (conta-minado) de los otros. (Miracles will happen as we speak). Muere en cada exhalación (disimula, no sea que lo descubran y le impidan morir) y en el contrapunto del proceso respiratorio vive (carpe diem). Habría que defender (más) el derecho a la muerte (vuélvete a las catacumbas Wojtila), a decidir el día y el sitio (me asquea tu martiriomanía), también el cómo (no se aceptan sugerencias) y guardarse –si se quiere- las razones (tu dios no existe) para mí.
Abre la puerta de su casa, que a esta hora es un bálsamo de silencio, que relaja, que cura, que re-vive. Se tumba en el sofá (igual que el volumen del polvo). El tiempo avanza pese a la noción de que se cristaliza detrás de la carátula redonda. Ella no llega (¿y si no llega?). Él desespera (aguanta, por favor). Las horas avanzan (la paciencia se agota). El silencio se atomiza en los gritos de la tarde (o de la noche o de la madrugada; del día). El cuerpo rueda. El golpe interrumpe el ritmo habitual de las cosas (quietas y en movimiento)
Abre los ojos (desconcertado). Suyos. (Nuevamente). Recuperados. (De súbito). Se levanta (“para que mi ser pese sobre el suelo”). Le duele el cuerpo. (La presión; esa fuerza ejercida sobre un área mínima). Dolorido. (Se arrastra). Intenta levantarse. (EL desconcireto). Se frota las manos contra el cuerpo. Recuperado. (“Para que mi ser pese sobre el suelo/ fue necesario…”) ¡Caerse de la cama! (O de la nube) (¿De la nada?). ¡Qué pendejada! (¿No?)
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