jueves, 14 de junio de 2007

CONCIENCIA FRAGMENTADA

Enamorarse es traicionarnos a nosotros mismos, escribiste en una servilleta y luego lo subiste a tu blog. Enamorarse es lanzarse en vano a un hueco donde nunca habitarás. Contrario a lo que afirman algunos, el vacío sí existe. Pensé que disertabas sobre la presión atmosférica porque no quería reparar en que el tema éramos nosotros dos. Los fantasmas que se alumbran con la débil flama de la vela en el centro de la mesa. Desdibujados y más nítidos que nunca, tus ojos salían de su perímetro pero no para venir al mío si no para escapar de mí. Huir. Exiliarse después de tantas veces habitándome. Cerré los labios para clausurar el reclamo –o el quejido, qué más da- que hubiera querido espetarte y que preferí obviar.

La luna guindada en un lugar del cielo, como en esas pinturas de antaño puntuaba una escena ya vista en las películas viejas. El amor tiene una caducidad como la moda, pensé mientras me arreglaba el cabello y volvía el rostro hacia la mesa contigua. El hombre que me había guiñado el ojo seguí ahí, bebiendo de su copa y tirando sus tejos hacia mí, una rayuela desdibujada en tu patio trasero. En sus manos un objeto filoso brillaba como una joya. Sonreí. Uno nunca está indefinidamente en el top ten de las preferencias del otro, los afectos suben y caen igual que las acciones en la Bolsa de Valores. Mierda. ¿A qué venía toda esa estadística en esta hora? Súbitamente comprendí que cuando no te ponías analista, científico o meditabundo eras un pendejo sin adjetivos. Pendejo y punto.

Cogí mi bolso y me disculpé para ir al baño. No llevaba en mis manos ese signo de sumisión que suelen exhibir lastimeramente muchas mujeres: el papel mal escondido para que todos se enteren a dónde se dirige el cuerpo. Pasé muy cerca del extraño voyeurista y le lancé una sonrisa invitándolo a seguirme. Pero no lo hizo, debió sentir temor al verme tan decidida o compasión al encontrarte tan solitario. El agua del grifo deslavó tu imagen de mis ojos y me hizo ciega para ti. Ciega para todos. Porque después de aquello no recuerdo nada.

Una sirena girando en mitad del silencio nocturno. Una nube de batas blancas rodeándome a la vez. Un dolor agudo remarcando el eje de mi espalda. Una declaración confusa. Una dosis de algo que me ha dejado doblemente sedada. Al final tu rostro reconfigurado, vuelto de algún lugar ignoto o perdido en los andares de mi memoria. El hombre de la mesa contigua cegándome con fuerza hasta hacerme perder el conocimiento. La unidad.

Digo a todos que no fue violación si no el arcano deseo de que me vieras completa. No más tus ojos tendrán que verme por partes, porque en esta cama de hospital, donde yace mi cuerpo desmembrado, cada pedacito de mí cabe perfectamente en la pequeñez de tus ojos. Dime si te gusto así, dime, por favor, si aún me amas.

Elaborado : Jueves 7 de junio de 2007


1 comentario:

J_Negroe dijo...

Mate Amargo.. k onda, orale!! k fresa tu con tu viuaje a las europas-- ps, visitame.. no?? sabes k aun t kiero (de la manera mas heterosecual posible.. jajaa) jonegroe.blogspot.com ese e mi blog... ya sabes kien soy, t deje comentario en tu otro blog... bye